miércoles, 25 de abril de 2012

Día 1. 2ª parte: Conociendo a la veterinaria.

... lo metí en un transportín y me lo llevé, del tirón, al veterinario de la SPAPS (Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Sevilla). De camino a penas se quejó, supongo que estaría impresionado por aquella desconocida situación para él. Al llegar a la clínica, la sala de espera estaba llena perros y sus respectivos dueños, lo que añadía puntos al nivel de estrés del gatito. Tuvimos que esperar más de una hora hasta que fue nuestro turno, entonces fue cuando el gatito, de momento llamado “sin nombre”, conoció a la veterinaria y viceversa. Lo pesamos, lo examinó, le puso el termómetro. El gatito tenía mucha inflamación y fiebre. Me expuso las dos opciones posibles; opté por la mejor para “sin nombre”, intentar salvarlo. Le puso dos inyecciones (antinflamatorio y antibiótico) y me dio otras dos para que se las pusiera yo al día siguiente. También me dijo que le diera agua con suero ya que estaba muy deshidratado y que le pusiera un collar “isabelino”. Quedamos en que volvería el jueves, 12 de abril, para que, una vez reducida la inflamación, se pudiera valorar mejor la situación y aprovechar para que lo viera también el cirujano.

1 comentario:

  1. En verdad que es una hermosa historia... Gracias por el Ser Humano que eres ¡¡
    Se parece mucho a ''El Guapo'' de mi esposa, que un dia llegó a nuestra vida para llenarla de Luz y de hermosos e inolvidables momentos, si quieres pasate por mi pagina de Facebook ahí publico una imagen de Él. Saludos desde Ciudad Jardín, Durango; México. https://www.facebook.com/Aheoros

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