jueves, 31 de mayo de 2012

Días 47 y 48. 1ª Parte: Houston, tenemos un ...

Pues eso, un problema. Todo pintaba bien, Cris iba por buen camino, como se suele decir en el argot de los enfermeros gatunos aficionados, pero resulta que, después de haber disfrutado de un sábado estupendo entre la azotea y el baño (sus dos pequeñas reservas naturales), la mañana del sábado amaneció con una gran inflamación en el moflete derecho y, consecuentemente, el ojo de ese lado casi cerrado.


Esa noche la había pasado en el baño pero seguramente pudiera deberse a algún cambio de temperatura, a haber pasado más calor de la cuenta o a que la herida interna de la nariz se haya obstruido y tenga acumulada algo de pus. En fin, el caso es que me agobié bastante. Me puse manos a la obra y le estuve limpiando con agua oxigenada para intentar abrir algo la herida y que drenara, por si esto pudiera ser necesario. Cada vez que le tocaba el moflete se quejaba de dolor y eso me hizo pensar que posiblemente se tratara de un acceso de pus. Después, con la ayuda de un cepillo interdental, abrí paso en la herida con la intención de que pudiera salir algo de pus. Volví a limpiarle con agua oxigenada y le puse colirio allí y en el ojo derecho, bastante inflamado por dentro en la zona del lagrimal. La mañana estaba relativamente fresca, así que lo subí a su chiringuito, al aire libre. Le puse algo de comida y me fui a dar un paseo, en esa mañana de domingo ideal para montar en bicicleta. A la vuelta ...

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