lunes, 16 de julio de 2012

Día 73. Habituado.

Aunque llora un poco cada vez que lo dejo arriba, en la azotea, luego se tranquiliza, se sube al taburete y descansa un buen rato. Ya le ha cogido el tranquillo a su ático particular y, muchas de las veces que lo dejo allí, lo primero que hace es irse al cajón de la arena y hacer caca. Es sorprendente el hecho de que utilice el cajón desde el primer día, sin adiestramiento alguno. Este detalle, aparentemente pequeño, es una de las principales ventajas que tienen los gatos a su favor frente a los perros, a los que debes sacar a la calle para que hagan sus necesidades, al menos tres veces al día.
Ahora Cris está más limpio. Supongo que se debe a que está más a gusto, más recuperado de todo y eso le da más ganas de asearse, a parte de que de vez en cuando le pego un manguerazo de agua fresca y eso lo obliga a lamerse y secarse. Pobrecillo, cada vez que lo riego, corre de un lado para otro, dentro de su guarida, porque no le gusta nada el agua, y termina dando un buen salto para subirse a su taburete, en el que se siente seguro y a resguardo.

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