domingo, 21 de abril de 2013

Día 139. Encontronazo.


Por la mañana, volví a limpiarle la nariz con el bastoncillo y volví a fijarme en ese trocito que se movía al tocarlo como si estuviera prácticamente suelto. Pensé que tal vez pudiera ser un obstáculo para que se le cerrara bien la herida, así que cogí una pinzas pequeñas y se lo quité sin esfuerzo alguno. Cris se resistió un poco porque le dolía pero como es tan noble el “tío” pues todo salió bien. Justo después le limpié la herida con agua oxigenada y le puse algo de colirio (como ya he hecho en otras ocasiones para que no se infectara). Durante un rato me ausenté de casa y a la vuelta me encontré a Cris más quieto de lo normal y me extrañé porque, cuando está suelto en el jardín, suele venir en busca mía cada vez que me siente entrar en casa. Estaba lamiéndose, me acerqué a él y descubrí que tenía dos arañazos, poco más que superficiales, en la cabeza y algo así como un mordisco en el antebrazo derecho delantero (tal vez ésta no sea la manera más correcta de describir la anatomía felina, pero es que no se hacerlo mejor). Le desinfecté las heridas con agua oxigenada y lo dejé dentro de casa, reservado y descansando. Sospecho que debió de tener algún tipo de encontronazo con un gato “cani” que suele colarse en casa para comerse la comida que les pongo a Verde y Cris. Verde no se mete en líos y ni siquiera le planta cara. Me da en la punta de la nariz que el noble de Cris debió de acercársele a ese prenda gatuno para charlar un rato de cosas de gatos y, en lugar de un abrazo de colega, se llevó un ataque al más puro estilo callejero.


 

jueves, 11 de abril de 2013

Día 138. Hallazgo.


Cris sigue tan espabilado como siempre, aunque mantiene ese puntito de despistado, con la lengua fuera a veces, que le da un toque muy original. Por la mañana le he estado limpiando, con un bastoncillo y agua esterilizada, el agujero que tiene en la mitad derecha de la nariz. Después de quitarle el moco que tenía ahí acumulado y que supongo que se le forma porque vive en continuo resfriado, al tener ese lado tan abierto, descubrí que dentro de la herida había algo así como un trocito de algo blanco que se le movía. Parecía un trozo de hueso y no me atreví a tocar mucho. Luego le limpié la barbilla que tenía llena de mijitas negras (la verdad es que al principio pensé que pudieran ser bichitos pero creo que se trata de restos de comida seca que no se ha podido limpiar.

Día 135. Pedestal.


Me encantaría saber que es lo que realmente pasa por la cabeza de los gatos cuando hacen determinadas cosas, y una de ellas es el hecho de subirse encima de las cosas ¿Será que necesitan dominar la situación? ¿Controlar desde ahí arriba lo que yace a su alrededor? Como primer paso, en su escalada hacia las alturas, Cris ha encontrado una peculiar atalaya en la cocina. Se sube encima del cubo para reciclar los envases y, como allí se siente a gusto y seguro, empieza a lavarse. Después de cada pasada por su blanco pelaje, se le queda la lengua fuera porque, al haber tenido la mandíbula rota, no se le cierra bien la boca. Con esa cara de gato despistado que pone a veces y la lengua a medio recoger, se convierte en un gato de lo más peculiar. Me encanta.